viernes, 12 de junio de 2009

New York, New York, la ciudad en la que todos se sienten como en casa

Lo sé, soy una de las afortunadas. En septiembre de 2008 estuve diez días disfrutando de la gran manzana. Tenía que empezar por aquí, fue tan impactante la huella que me dejó visitar esta ciudad que a día de hoy ¡solo pienso en regresar! En Navidad está previsto otro viaje, ya os contaré...

Podría escribir horas y horas sobre Nueva York, hay tanto que decir y a la vez no diría nada que no se haya publicado antes.

Empecé le viaje haciendo un diario, anoté cada día todo lo que hacía y las sensaciones que me despertaba cada una de sus calles y avenidas. No quiero aburriros demasiado, pero basta deciros que vale la pena ir allí, al menos una vez, tenéis que verlo.

La primera sensación nada más pisar la ciudad es de "No me lo creo, estoy en Nueva York, aquí todo es posible" a partir de ahí cada día fue un descubrimiento. Si tuviese que hacer un listado de las 10 cosas que más me impactaron de la capital del mundo, quedaría algo así:

1. La sensación de familiaridad y de acogimiento. Tenéis que tener en cuenta que Nueva York es el sitio del mundo donde más cantidad de películas se han filmado a lo largo de toda la historia del cine, por lo que la hemos visto cientos de veces en la pantalla, con lo que al estar allí tienes la sensación que has estado antes. Es genial y creo que a todo el mundo le ocurre.
2. La arquitectura impresionante. Sabía lo que iba a encontrarme, conocía perfectamente por fotos e imágenes El Empire State, el puente de Brooklyn o el Rockefeller Center, lo que no podía ni siquiera anticipar es la sensación que tienes cuando estás allí arriba y divisas el skyline de la ciudad. Es un momento mágico. Pude ver el despertar nocturno de la ciudad, miles de luces encendidas que daban la bienvenida a una noche calurosa, me eclipsó. Y cuando caminas por las calles y avenidas y levantas la cabeza y ves todos aquellos skycreapers irguiéndose poderosos, es ¡guau qué cosas somos capaces de construir! Me fascinó totalmente, incluso hacen que las grandes avenidas parezcan ridículas a su lado.

3. La mezcla de culturas que habita en Nueva York. Es una ciudad de contrastes increíbles, es suficiente con hacer un viaje en el metro para ver a lo que me refiero. Nunca, jamás en mi vida había visto personas tan diferentes compartiendo el mismo espacio. Es frecuente encontrarse a una mujer de negocios vestida impecable con sus loubuttin y su bolso birkin como a un hombre de raza negra con rastras rosas y un poncho o a un hombre desnudo con un sombrero de cow boy pidiendo limosna en Times Square. Allí puedes encontrar personajes muy peculiares para cualquier novela.

4.El carácter afable de la gente.
Me habían advertido que los americanos, y especialmente los neoyorquinos son muy bastos hablando y pueden resultar hasta antipáticos. Tengo que decir que para nada, de hecho me pareció que todo el mundo era muy agradable. Fueses donde fueses, todo el mundo, absolutamente todo el mundo me saludaba con una sonrisa, y la eficiencia con la que suelen servirte es abrumadora. Me daban ganas de quedarme para siempre.

5. La invasión de la comida rápida. Todo lo que os hayan dicho sobre la comida basura de allí, es cierto. Tengo que decir que como disfruto mucho comiéndome una buena hamburguesa no me supuso ningún sacrificio, pero sí, puedes comprar un hot dog en cualquier esquina, y no resulta tan fácil encontrar un sitio donde saborear comida de verdad (al menos que no sea congelada) a un precio asequible. La otra cara de la moneda es que en cualquier parte publican en grandes paneles las calorías de todo lo que te comes, en Mcdonald's, en Starbucks,... te lo ponen fácil para que te lo comas pero te advierten que te pondrás como una foca! Por cierto, totalmente recomendado el Ellen's Stardust Diner cerca de Times Square, te comes una hamburguesa buenísima con un batido de helado y además los camareros cantan para amenizar la comida, ¿por qué no hay sitios así en España?

6. El maravilloso shopping. ¡oh, las tiendas! Es increíble, ¡puedes comprar de todo! Lo admito, soy una fashion victim y cuando estuve allí llegué al límite de mi tarjeta de crédito, pero cómo no iba a hacerlo si podías conseguir ropa interior de calvin klein por 12 dólares o bolsos de DKNY por menos de 100? Hay tiendas que son para verlas como la de Abercrombie&Fith, que parece un pub de copas, con música buenísima y dependientes-modelos. Y lo de la cosmética y el maquillaje, eso sí que es un vicio peligroso. Allí encuentras marcas maravillosas que no venden en España y a unos precios que no encuentras en marcas similares aquí, me refiero a Nars, Laura Mercier, Stila,... ¡vine cargada para todo el año! Incluso me compré una cámara de fotos digital y una videocámara, ahorrando bastante dinero.

7. La oferta cultural. Casi lloro al ver la increíble oferta de conciertos, obras de teatro y eventos increíbles a los que puedes acudir. Teniendo en cuenta que vivo en una pequeña isla del mediterráneo donde tenemos que dar gracias cuando alguien se digna a hacer un concierto, la diferencia es notable. Por supuesto no me fui de la gran ciudad sin asistir a un musical en Broadway. Os lo advierto, os podéis emocionar, la calidad de los actores y la grandiosidad de los montajes es sencillamente perfecta. Algo que nunca antes había experimentado, ni en los músicales a los que he asistido en Madrid. Me quedé perpleja, sin palabras,... ¡quiero repetir!

8. El peso del mundo latino. Llegué a Nueva York dispuesta a practicar mi oxidado inglés y cuál fue mi sorpresa al descubrir que podría ir a cualquier parte que siempre encontraba alguien que hablara español. Incluso en el metro podías encontrar las indicaciones y los anuncios publicitarios en español. Me alegré bastante, eso facilita mucho las cosas para alguien que tiene un nivel de inglés de bachiller LOGSE!!

9. Los barrios. Los visité todos, cada uno tiene su encanto especial, todos diferentes y perfectamente complementados entre sí, no sabría por cuál decidirme, quizás el que menos me gustó fue Chinatown. Lo cierto es que moverse por Nueva York es tremendamente fácil, enseguida aprendí a ubicarme y a utilizar el metro sin equivocarme! Si tuviera que elegir un sitio especial, me quedaría con la pequeña playa DUMBO, en Brooklyn, situada entre los puentes de Brooklyn y el de Manhattan, que cruzan el East River. Las vistas desde allí son espectaculares. Además pude presenciar una boda, fue un momento muy bonito. Aunque realmente podría hablaros maravillas de otros muchos rincones de esa ciudad.
10. Los pequeños detalles. Luego están esas pequeñas cosas tan genuinas de Nueva York y que te conquistan: el humo de las alcantarillas, los taxis amarillos, los bancos con dedicatorias de Central Park, los cientos de corredores con sus ipod, los vasos de papel de café que todo el mundo pasea, el ritmo acelerado de la gente por las avenidas, los grupos de jóvenes jugando a básquet, ... un sinfín de detalles muy especiales y que me encantó experimentar en primera persona, podría seguir y seguir.

Os iré contando más cositas de Nueva York...

1 comentario:

  1. llegue a tu blog buscado info de new york! especialemente de maquillajes! jaja quiero sabes que tiendas me recomendas que sean baratas y mas o menos en que precios estan lo productos!!

    gracas!

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